LA VUELTA A COLOMBIA

Luego de estar al borde del abismo, el turismo renació. El país pasó de ser un lugar prohibido a un destino imperdible en la región.

Como lo hacían en cada puente festivo, Alejandro Maldonado y su familia preparaban el viaje a la finca de Guaduas, Cundinamarca, que compró su abuela en 1980 para escapar de vez en cuando del frío de Bogotá. En 1999 él tenía 12 años y recuerda que ese sábado en la mañana no pudieron tomar la carretera. Uno de sus tíos, que acostumbraba a viajar más temprano, se había encontrado con un retén irregular en el Alto del Trigo, en la carretera que conecta a ese municipio con Villeta.

La guerrilla estaba en los alrededores y como respuesta, en el pueblo aparecieron los paramilitares. Le hicieron saber al papá de Alejandro que la ‘protección’ no sería gratuita y en un acuerdo obligado empezó a pagar vacuna al grupo liderado por alias el Pájaro. Luego de un año dejaron de viajar, por lo menos hasta 2003, pues las historias de secuestros en la zona se escuchaban todo el tiempo y no querían arriesgarse. Este caso no era aislado. En diferentes zonas del país se vivían serios problemas de orden público. Situación que impactó la vida política, la economía y lo social por los desplazamientos forzados.

La nueva visión de las empresas incluye diversificación de mercados, desarrollo de proveedores, inversión en el exterior e innovación.

El turismo no fue la excepción. Las familias colombianas dejaron de viajar por carretera y con la deteriorada imagen del país, los extranjeros ya no venían como antes. La pequeña aceleración que el sector había presentado luego de recibir 674.425 turistas en 1998 había acabado. Hacia finales de los noventa, quienes visitaban Colombia, lo hacían solo por compromisos inapelables. La cifra de turista extranjeros no superaba los 400.000.

La situación ameritó acciones por parte del gobierno y en 2002, con el eslogan ‘Vive Colombia, viaja por ella’, se empezó a promocionar el turismo por carretera y con las caravanas programadas, el Estado dio las garantías necesarias para que la gente saliera con tranquilidad. La estrategia funcionó. Con la desmovilización parcial de los paramilitares y los convoyes turísticos que replegaban a la guerrilla, los Maldonado y miles de familias más pudieron volver a sus fincas y recorrer el país.

Según el Departamento Nacional de Planeación, entre octubre de 2002 y enero de 2005 se realizaron 455 caravanas y se establecieron 347 rutas seguras en las que participaron más de 190 millones de viajeros. En los destinos finales, la ocupación hotelera estuvo entre el 80 y ciento por ciento, frente al 40 por ciento promedio de 2000. Así mismo, la salida de pasajeros desde terminales terrestres pasó de 4,8 millones en 2002 a 11 millones en 2004, y el número de vehículos que cruzaron por peajes creció 264 por ciento.

El reto ahora consistía en transmitirle al mundo que Colombia era un destino seguro. Sin embargo, los obstáculos empezaron a aparecer. En 2005 el Departamento de Estado de Estados Unidos determinó que Colombia no era un lugar recomendable para sus ciudadanos y les sugirió abstenerse de viajar por tierra en el país.

La imagen del país en el exterior necesitaba una completa reingeniería, así que con la frase ‘Colombia, el riesgo es que te quieras quedar’, se dio vida a una nueva campaña que buscaba traer de vuelta a los extranjeros. La iniciativa fue un éxito y de acuerdo con el informe de la Organización Mundial de Turismo (OMT), la clave fue sacar provecho de la atención generada por las malas noticias para enfrentar el problema con un mensaje directo y así truncar los estereotipos y prejuicios. A pesar de las advertencias de la Casa Blanca, la llegada de extranjeros creció 12,9 por ciento al pasar de 933.244 visitantes en 2005 a 1 millón en 2006.

El mensaje de motivación para llegar al país y descubrirlo tuvo gran aceptación y, particularmente, los destinos de naturaleza fueron uno de los ganchos. Las ciudades, por su parte, empezaron a recibir de manera frecuente eventos de gran importancia, desde el Congreso de la Lengua Española hasta el Mundial Sub-20 de la Fifa.

Hoy, las aerolíneas mueven 21 millones de viajeros (168,5 por ciento más que en 1992), están llegando más de un millón y medio de visitantes al año. Colombia ahora ocupa un lugar de importancia en el turismo regional. Como quedó consignado en una declaración de la OMT: “Colombia es un país que ha logrado volver del borde del abismo”.