CON BUEN CORTE
Llegar a mercados exclusivos como el de Dubái es una tarea titánica para una empresa colombiana de vestidos de baño, pero cuando se trata de productos con calidad la historia cambia.
Foto Cámara Lúcida
Todo comenzó en 2003 en la universidad. Amalia y Manuela Sierra, hijas de un empresario paisa, empezaron a vender trajes de baño que ellas mismas diseñaban a sus compañeras. Ninguna de las dos estudiaba diseño o algo parecido. Manuela asistía a clases en la Escuela de Ingeniería de Antioquia, mientras que Amalia estudiaba Administración en la Universidad Eafit.
La idea dio tanto resultado que tres años después se convirtió en Maaji, empresa que produce vestidos de baño de lujo que hoy se exportan a 46 países del mundo y cuyas prendas han aparecido en revistas como Cosmopolitan, Vogue, Elle y Sports Illustrated.
La clave ha sido crear un producto ciento por ciento colombiano desde el diseño de las telas y las piezas, hasta su confección. Los productos son diseñados por un equipo de cinco personas y confeccionados en Medellín a través de terceros altamente calificados, pues a diferencia de un vestido de baño hecho en un país asiático, que puede tener cinco cortes básicos, uno de estos tiene hasta 50 cortes y muchos detalles.
Según Amalia Sierra, una de las fundadoras y dueñas de Maaji, “la idea desde el comienzo era mostrar las cosas buenas que tiene el país. En el mundo encuentras productos chinos que no tienen ni la mitad de mano de obra que tienen los nuestros”.
Con un equipo de 45 personas, la marca colombiana Maaji produce y exporta vestidos de baño de lujo a destinos como Dubái, Japón, Rusia y Finlandia.
El salto al mercado internacional ocurrió en 2006 en una feria en Miami donde empezaron a escuchar los buenos comentarios que generaban los diseños. Hoy el 90 por ciento de lo producido por Maaji va al extranjero y su principal destino es Estados Unidos, a donde llega el 30 por ciento de la producción total. Lo que llama la atención es que también exporta a destinos no convencionales como Grecia, Turquía, Dubái, Sudáfrica, Japón, Australia, Filipinas, Corea y Rusia.
Llegar al mercado mundial no fue tan fácil aún cuando ya existía un camino recorrido por otras marcas colombianas de vestidos de baños. “Ganar la credibilidad de los clientes –comenta Amalia Sierra– es un proceso largo. Al principio íbamos a la feria de París y podíamos pasar tres días sin que nadie mirara los que estábamos haciendo mientras que en la última feria a la que asistimos había que tener cita para ver la colección. Fue un proceso de cinco años de ser constantes y creer en la calidad de lo que hacemos”.
A pesar de que las exportaciones textileras del país han disminuido en los últimos años, los trajes de baño están bien posicionados en el mundo y eso se debe en gran medida a la mano de obra cualificada que tiene el país en materia de producción textilera. Según Cristina Mesa, directora de mercadeo de Maaji, “mucha gente tiene la idea de que la prendas Brasil son las última parada, pero eso ha cambiado, ahora la gente busca prendas colombianas”.
Además de vestidos de baños, desde 2011 incursionaron también en la producción de ropa interior, un mercado en el que también pretenden igualar el éxito que han obtenido con sus trajes de baño.
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