UN PAÍS TRADICIONAL
Foto Juan Carlos Sierra - Semana
El reto no solo es aumentar las exportaciones, sino diversificarlas, pues por décadas han estado concentradas en café, petróleo y carbón.
El 3 de julio de 1926 el buque T.J. Williams salió de Cartagena rumbo a Nueva York cargado con 87.128 barriles de petróleo. Con ese viaje se cumplió la primera exportación de crudo colombiano. En esa época, aunque existían perspectivas interesantes, la cautela era el común denominador. Nadie imaginaba que el petróleo desplazaría al café, que en ese momento representaba el 50 por ciento de las ventas externas nacionales. Poco a poco las exportaciones del llamado oro negro fueron ganando terreno.
Sin embargo, en 1980 sobrevino la crisis y el país comenzó a importar petróleo ante la pobreza de hallazgos. Fueron cinco años en los que el país se movió con combustible traído de otros países. La historia empezó a cambiar en 1983 gracias a los importantes descubrimientos de la Oxy en Caño Limón, en Arauca, muy cerca de la frontera con Venezuela. Tres años después Colombia recuperó su independencia petrolera y, de paso, se convirtió en una verdadera exportadora de oro negro. El título se ratificó en los años noventa con los descubrimientos de Cusiana y Cupiagua, en Casanare.
En 2011 las exportaciones totales de Colombia sumaron 56.953 millones de dólares. De estas, 27.953 millones de dólares, es decir 49 por ciento, corresponden a petróleo. Aunque lejos de este, el segundo bien en importancia exportadora es el carbón. El año pasado las ventas a los mercados internacionales sumaron 8.396 millones de dólares. Cerrejón y la Drummond desarrollaron la minería a gran escala en La Guajira y en Cesar, lo que ha permitido a Colombia ingresar al selecto grupo de los mayores productores del mundo.
¿Y dónde quedó el café? El otrora producto insignia quedó relegado al tercer lugar. Las exportaciones anuales no superan los 3.000 millones de dólares. Lo explica el declive de la producción. Carlos Ignacio Rojas, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Exportadores de Café (Asoexport), señala que “desde 2009, las cosechas han sido especialmente duras, con producciones por debajo de los 10 millones de sacos anuales. Esa situación no ha permitido exportar más”.
Los riesgos
Aunque las exportaciones vienen creciendo a un ritmo anual de 15 por ciento, las alarmas están encendidas. Preocupa el hecho de que el 65 por ciento de estas sean petróleo, carbón y ferroníquel, pues no resulta conveniente concentrar el comercio en pocos productos, ya que el riesgo aumenta frente a una caída de la demanda.
El aumento de las inversiones petroleras y mineras han jalonado las importaciones de maquinaria.
Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), dice que los efectos negativos podrían presentarse por cuenta de la llamada enfermedad holandesa, ocasionada por el crecimiento exponencial del ingreso de divisas, generalmente asociado a la explotación de recursos naturales. El dirigente gremial opina que “se deberían aprovechar los recursos extraordinarios para desarrollar una política productiva moderna, que impulse a los sectores diferentes a los de la bonanza”. Dentro de estos se encuentran el agrícola, industrial y de servicios.
El reto, entonces, tiene que ver no solo con aumentar las exportaciones, sino diversificarlas, si se tiene en cuenta que por décadas estas han estado concentradas en productos tradicionales. Los bienes no tradicionales representan el 30 por ciento de las ventas externas colombianas. Se destacan los metales básicos, los productos agrícolas, alimenticios, bebidas y textiles.
Las importaciones
La actividad importadora del país comenzó a desarrollarse en la última parte de la Colonia. Después de 1810 gran cantidad de bienes que ingresaban al territorio eran comprados en Jamaica.
Ante la escasa llegada de buques europeos a las costas colombianas, los comerciantes optaban por desplazarse hasta el Viejo Continente para adquirir los bienes necesarios para sus labores industriales o para venderlos. Como el viaje suponía altos costos y riesgos, los negocios se hacían por medio de compañías en comandita donde los socios se repartían tareas. Por lo general, uno aportaba los recursos económicos y otro hacía el viaje, regresaba con los productos y los transportaba por el río Magadalena hasta el interior del país.
A medidados del siglo XIX más de la mitad de la importaciones provenía de Inglaterra y Francia, pero hoy estos países solo representan el 4 por ciento. Desde 1970 Estados Unidos es el principal proveedor de Colombia. En 2011 las importaciones totales llegaron a 54.674 millones de dólares. Los bienes y servicios del país del norte que entraron al país sumaron cerca de 14.000 millones de dólares. El segundo origen es México (6.059 millones de dólares).
El aumento de las inversiones petroleras y mineras han jalonado las compras externas de maquinaria, principal producto que importa Colombia. Los vehículos le siguen en la lista de importancia.
A pesar de que las importaciones vienen creciendo a un ritmo similar al de las exportaciones, la balanza comercial de Colombia (diferencia que existe entre exportaciones e importaciones) es positiva. De hecho, presenta la cifra más alta de los últimos 40 años: 4.955 millones de dólares.
Sin embargo, sobrevino la crisis y el país comenzó a importar petróleo ante la pobreza entonces, tiene que ver no solo con aumentar las exportaciones, sino diversificarlas
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